¡¡Buenos días!!
¿Qué tal va tu semana, {nombre}?
Un jueves más aprovecho este tiempo para sentarme y escribir para compartir la vida en el campo. Hay mucho detrás de los productos que enviamos a tu casa, y la idea es que puedas ser parte de ese proceso…
En mi caso y como sabes, la agricultura me apasiona, entonces hablarte sobre ella es un verdadero placer 🥰.
La semana pasada te di algunos consejos para identificar cuándo una naranja está buena. Pero hoy no te hablaré de naranjas, sino de otro cultivo que me encanta.
No solo porque me gustan mucho como fruta, sino porque en mis parcelas tengo árboles desde que son muy muy pequeñitos.
¿Has adivinado?
Estoy hablando de caquis.
En mi caso los caquis me parecen una fruta espectacular. Sobre todo el caqui Rojo Brillante, que es una variedad 100% nacida en Valencia.
Al igual que la naranja Salustiana, el caqui Rojo Brillante nació por mutación espontánea en la Ribera Alta del Río Júcar.
Pero lo que en realidad quiero contarte hoy, es de cuando planté mis árboles de caquis que hoy día ya tienen ocho años.
En mi caso particular, hice algo diferente en el mundo de la plantación del caqui. Sucedió que la persona que me los vendió, (que además hicimos muy buena amistad) me aconsejó que los plantara pequeñitos…
Imagina que cuando los árboles llegaron a mis campos, tenían un tamaño un poquito más grande que el de un cigarro.
Este colega mío ya había plantado árboles de caquis de esa manera y se había dado cuenta que funcionaban igual de bien.
En realidad, {nombre}, la diferencia es que si tú comprabas un árbol ya criadito, te costaba 3 € y a mí, una cantidad importante, me los regaló. Esto porque eran arbolitos que la gente no quería, por ser demasiado chicos, pero que eran igual de buenos.
Por esto, me llegaron a decir hasta que lo mío no era la agricultura. Pero, adivina…
Para el final del verano, los árboles eran exactamente igual de grandes que aquellos que habían plantado un árbol que había costado los 3 €...
Es que a veces, solo hay que animarse a hacer algo diferente.
Seguramente más adelante te contaré más sobre los caquis de mis campos, pero por hoy, llegaremos hasta aquí.
Así como cuidamos los árboles desde que son pequeñitos, los seguimos cuidando cada día para que, cuando hagas tu pedido en la web, podamos ir directamente al árbol a coger cada fruta y enviarla a tu casa.
Hasta la semana que viene.
¡Un fuerte abrazo!