Buenos días.
Espero que te hayas levantado con ganas de leer, porque la newsletter de hoy viene cargadita.
La semana pasada os conté nuestro problema con el peso de los caquis en las ramas, y quería daros las gracias porque nos habéis dado muchos consejos.
Por ejemplo, Juani nos comenta que usan horcas para sustentar el peso:
Este sistema es conocido por aquí también, sin embargo, decía mi padre que nunca te irás a dormir sin saber una cosa más.
Y es verdad, porque en todos mis años, nunca había oído hablar del método de calzar las ramas de los manzanos que nos comenta Carmen:
Y como todo maestro tiene su secreto, había pensado contaros cómo afrontamos este problema en mi casa.
Nuestra técnica secreta requiere, como todo lo que hacemos en Campos del Abuelo, se basa en las tradiciones sostenibles, porque al final, con tanta tecnología, lo más sencillo acaba siendo lo mejor.
En este caso, una simple cuerda.
Sí sí, lo has oído bien, una cuerda.
Ya ves, algo tan sencillo, pero tan versátil como una cuerda; Desde tender la colada, a ser usada de comba. Un trozo de cuerda usado con cabeza puede llevarte muy lejos.
Para entender cómo usamos cuerda para solucionar el problema, primero vamos a entender cuál es el problema.
Cuando dejas que un árbol de caquis Rojo Brillante (la variedad de caquis de Valencia) sin control, debido al peso de los caquis, crecerá a lo ancho y hacia abajo, como si fuera un arbusto.
Sin embargo, si desde que son pequeños les ayudamos a mantener su forma natural, crecerán hacia arriba y más cerca del centro, como un árbol.
Esto es importante, ya que la fruta tocando el suelo se estropea rápidamente.
Ahora, con esto en mente, podemos aprovechar la simetría del árbol.
La naturaleza es más sabia de lo que pensamos, y si nos paramos a mirar detenidamente, nos daremos cuenta de que el árbol en sí mismo ya estaba intentando solucionar este problema él solo, solo necesita un poquito de ayuda…
Esto es algo loquísimo, pero si te fijas bien, te darás cuenta de que el árbol intenta crecer manteniendo el centro de masas en el tronco, para que no sea tan fácilmente tumbado por el viento.
Sabiendo esto solo se necesita un poco de cuerda que atamos rodeando las ramas, para que ellas mismas mantengan el peso de sus compañeras y voila.
Este es un proceso lento y dedicado, ya que cada año hay que quitar y poner las cuerdas para que estén perfectamente ajustadas a las necesidades del árbol, ni muy ajustado ni muy suelto…
¡Cómo cuando te ajustas el cinturón después de una buena comilona😋!
Ahora bien, como ya te conté la semana pasada, esta técnica no quita que sea importante “clarear” los árboles.
Aprovechamos la pasada para ir haciendo ambas, porque aunque las ramas estén atadas, si les dejamos crecer todos los caquis que ellos quieren, acabaran con las ramas rotas por el peso, con o sin atarles las ramas.
Por no decir que en tanto esfuerzo por diversificar, el árbol se queda sin fuerzas para hacer esos caquis tan grandes, sabrosos y nutritivos a los que os tenemos acostumbrados 😉.
¿Y tu sabías de estas técnicas?
Nos encantaría oír si sabes de otras técnicas como las que nos compartieron Carmen y Juani la semana pasada.
Al final la newsletter de hoy ha sido un poco larga😅, pero si todavía tienes ganas de más curiosidades, hace poco subimos un blog hablando de por qué se pensaba que el tomate era tóxico🧪…
¡No tiene pérdida!
¡Hasta la próxima!