¡Muy buenos días!
Hoy escribo con la camisa pegada a la espalda y el sombrero empapado. El sol cae a plomo y las chicharras no se callan ni a las dos de la tarde. Eso solo puede significar una cosa: el campo nos está avisando, se acaba la temporada.
⚠️ Y cumplo en avisarte, {nombre}, tomaremos pedidos solo hasta las 11 de la mañana de hoy.
Como ya sabrás si llevas un tiempo por aquí, en Campos del Abuelo no vendemos fruta y verdura todo el año porque sí. Lo hacemos con cabeza y con cariño, según marque la tierra. ¿Y sabes qué está diciendo la tierra ahora mismo? “No puedo más". Y cuando el campo se toma un descanso, nosotros también lo hacemos.
Con tanto calor, muchas de nuestras cosechas han llegado ya al final de su ciclo. El calor extremo hace que algunas frutas se estropeen en el árbol antes de tiempo, y que las verduras no se formen como deben. Y no me refiero a que no queden perfectas, eso no es lo que más nos importa.
No tienen la calidad de las que enviamos habitualmente:
Por ejemplo, los tomates se ablandan antes de madurar, los pimientos se quedan con la piel fina como papel, y las plantas empiezan a sufrir estrés hídrico (esto es, que se quedan más sedientas que un turista en Benidorm sin sombra).
Y no solo eso. Nosotros cosechamos muchos de nuestros productos a mano, uno a uno, y con estos calores, estar en el campo a mediodía es como meterse en una paella... en la que tú eres el arroz.
Podemos aguantar bastante (los agricultores somos duros como la corteza de un almendro), pero también sabemos cuándo decir basta.
Puede que en el súper cerca de tu casa sigas viendo tomates perfectos o lechugas fresquísimas en agosto, pero te digo una cosa: si están fuera de temporada aquí, es porque vienen de bien lejos, han pasado por cámaras de frío, o los han cultivado sin respetar el ritmo natural del cultivo.
Y eso, créeme, se nota. En el sabor, en la textura y en el medio ambiente.
Nosotros no queremos que te llegue una caja que no esté a la altura de lo que esperas de nosotros. Preferimos parar a tiempo, dejar descansar a los campos, y volver cuando la tierra vuelva a tener ganas de dar lo mejor de sí.
Así aseguramos que lo que comas de nuestros campos sea realmente de temporada, y sobre todo, de calidad.
Así que, esta es tu señal: si quieres una última caja de fruta o verdura de la buena antes de que paremos, date prisa. En pocas horas cerramos por calor.
Nos vamos a cuidar las plantas, el campo y también, por qué no, a nosotros mismos. Volveremos en cuanto veamos el más mínimo indicio de que el suelo se despierta con las primeras lluvias o cuando la sombra ya no arda.
Gracias por acompañarnos una temporada más. Nos vamos con la satisfacción de haber dado lo mejor del campo… y también con muchas ganas de volver a los envíos cuando toque.
¡Hasta la semana que viene!
Un fuerte abrazo,