Hola, ¿Cómo estás?
¡Buenos días!
¿Te has preguntado cómo un viento puede salvar una cosecha? 🤔
Hoy, entre otras cosas, te contaré sobre el viento de Poniente que, en esta ocasión, puede llegar a ser el héroe del momento.
Pero antes 👇🏽
Nos ha llegado un nuevo producto muy particular, el kiwi rojo. La semana pasada fuimos a Montesa, a ver el increíble cultivo de nuestro compañero Ricard 🥝.
La producción, que ya está disponible en nuestra web, es nada más y nada menos que la primera cosecha.
Te garantizamos un sabor que no habías probado antes 😉 ¡Están bien buenos!
Pero regresemos de Montesa, porque lo cierto es que hoy día el campo enfrenta grandes desafíos.
Como agricultor, muchas veces te he nombrado la palabra equilibrio para referirme a nuestro día a día trabajando junto a la naturaleza. Y en este caso vuelvo a traerla.
Porque en cuanto al viento, es como todo: el exceso es perjudicial, pero lo justo puede colaborar 🌱.
Por ejemplo, si corre demasiado fuerte, puede provocar el rameado… Esto es cuando las ramas se mueven mucho y golpean la fruta, lo que les produce una herida en la piel que las hace inservibles para el mercado o, directamente, las estropea.
Pero hoy la historia es otra, porque estamos esperando que el viento de Poniente 🌄 nos ayude con una situación…
La semana pasada estuve en los campos de lechuga de Javi y Alberto y nos hemos encontrado con un panorama complicado.
El exceso de agua ha malogrado muchas (muchísimas) piezas de lechuga. Es una pena.
En sus parcelas no alcanzó a entrar el agua. Pero igual, buena parte de la producción de lechugas que tenían se ha estropeado por exceso de humedad debido a las lluvias.
Lamentablemente, muchas lechugas tendrán que ser trituradas por el daño.
Ahora bien ¿por qué te digo que el viento de Poniente es una esperanza en este caso? 🌬️
Después de un periodo de lluvias muy agresivas, (como las que hemos tenido hace unas semanas con la DANA) el viento de Poniente, al ser cálido, hace que la planta seque más rápidamente y por lo tanto el agua no duerma en la planta y se pueda pudrir.
Hay una posibilidad de que las lechugas más pequeñas, aquellas que aún estén abiertas, reciban este aire y se sequen. Es la esperanza que queda para que se salven del deterioro.
Esperar que la naturaleza haga su trabajo, es la forma más natural y sostenible de cultivar. Aunque a veces no es suficiente, y debemos aceptar que las cosechas se pierden.
Solo el correr de los días dirá. Esperemos que verdaderamente el viento salve las lechugas de Alberto y Javi.
En este caso así está el panorama, pero hay situaciones en que el viento de Poniente no es positivo. A veces, la misma temperatura cálida del viento, puede generar que el hongo se desarrolle más rápido.
Como ves, no es para nada fácil porque la naturaleza es impredecible. Y aunque a veces tengamos una idea de lo que puede llegar a suceder, lo cierto es que, la que siempre decide, es ella…
Si has pedido las lechugas de Javi y Alberto, seguro las recordarás, son unas lechugas romanas gigantes y sabrosas 🥬.
Espero que del poniente llegue ese aire cálido y haga su trabajo, para que podamos sacar la producción adelante.
En otra ocasión, te contaré del viento de Levante, pero por hoy hemos llegado hasta aquí.
Una cosa más, así, de pura curiosidad: ¿Qué te parece que el viento se llame Poniente? Esto es porque viene del oeste, por donde se esconde el sol. A mí me resulta de lo más curioso ¿A ti?
Bueno, hasta aquí hemos llegado por hoy.
Recuerda que puedes visitar nuestra tienda online para ver los productos de esta temporada.
Aprovecha para probar el delicioso kiwi rojo, ten en cuenta que las cosechas son limitadas...
Y claro, seguimos recolectando las mejores naranjas valencianas listas para ir a tu hogar 🍊.
¡Hasta la semana que viene!