En este blog recorremos el camino de diferentes frutas y verduras junto a sus agricultores, escuchamos sus consejos para conservar, comer o aprovechar al máximo cada producto. En esta oportunidad vamos a conocer a fondo el proceso de la miel. Dentro de la agricultura, se encuentra la apicultura, que tiene que ver con la crianza de abejas para producir miel, ceras, polen, jalea real y propóleo. Pero hoy, junto a Raquel, vamos a conocer a fondo cómo es acompañar a las abejas mientras producen miel.
Hay mucho de historia familiar en torno a la agricultura. Sin ir más lejos, en Campos del Abuelo, Eduardo, fundador y agricultor de este proyecto, ha seguido la herencia de su familia cultivando naranjas valencianas y también caquis en sus parcelas. En el caso de Raquel, su abuelo tenía colmenas, pero no fue hasta 2017 que ella se reencontró con la apicultura una vez más:
Mi abuelo hace un montón de años, tenía un colmenar antiguo. Pero yo no seguí su trayectoria de los colmenares ni nada. Sucedió que antes vivía en Madrid, en la capital, y me vine a vivir a un pueblecito pequeño de León donde no había opciones de trabajo porque son pueblecitos rurales y surgió la idea de comprar un colmenar de un primo de mi marido y probamos. Lo compramos en el 2017 y hemos ido aumentando cada año, hemos ido poniendo más colmenas y hemos ido produciendo más miel.

En el proceso de elaboración de la miel pura y artesanal, hay mucho de vuelo, viajes de flor en flor, néctar y polen. Para comprender mejor, nos acompañan las palabras de Raquel, que nos habla con un espectacular marco de montañas y sierras en León:
Las abejas recogen el polen, pero el polen no es la miel. Las abejas elaboran la miel con el néctar de las flores que es distinto. Para entenderlo mejor, una flor te da polen y te da néctar depende del tipo de flor. A veces, la misma flor te da polen y te da néctar, pero también las hay que solo son de polen y las hay que solo son de néctar.
Es importante entender esta diferencia, porque no es lo mismo el polen que el néctar y hay una diferencia en cuando coge el néctar que nuestra compañera apicultora explica muy bien:
Entonces la abeja, cuando elabora la miel va a la flor coge el néctar lo absorbe con su lengua (tiene una lengua muy finita) lo absorben con su lengua y lo llevan a un buche que tienen, que es como si fuera otro estómago distinto. Entonces ellas van de flor en flor, hasta que llenan el buche. Una vez que lo llenan, van para la colmena y allí les espera otra abeja donde hacen el intercambio del néctar donde le añaden unas enzimas que lo transforman en miel.

Sí que es un proceso bastante increíble. Además de ser un trabajo muy duro por parte de las abejas, es un trabajo en equipo. Pero al néctar todavía le queda un proceso para transformarse en miel:
Ese néctar lo van depositando en las celdillas y una vez que tienen depositado en las celdillas le tienen que quitar la humedad porque el néctar tienen mucha humedad. Entonces, una vez que ellas consideran que el néctar ya se ha transformado a miel porque le han quitado la humedad bastante, lo que hacen es sellar esa celdilla con una capa de cera.
Esta cera, nos comenta Raquél, se llama opérculo y es lo que tapa cada una de las celdillas en donde está la miel, puedes verla aquí:

Cuando es la época de ir a cosechar la miel, nosotros lo que hacemos es traer esos cuadros que ya están con las celdillas cerradas, es decir, operculadas para la nave. Y una vez en la nave, simplemente le cortamos ese sello que tienen, de opérculo para que se abra la celdilla y una vez que lo tenemos cortado lo que hacemos es meterla en una centrifugadora.
Entonces, para recapitular: las abejas van de flor en flor recogiendo el néctar, una vez en el panal se lo pasan a otra de sus compañeras abejas que lo dejan en la celdilla, le quitan la humedad y lo sellan con el opérculo. Una vez hecho eso, Raquel y su marido, recogen esos cuadros sellados, abren la celdilla y los hacen dar vueltas y vueltas:
Como la centrifugadora va muy deprisa, la miel que está en esas celdillas cae, entonces cae para un depósito y en ese depósito le dejamos que filtre unos días, que madure, que decante porque puede tener pues algún cachín de cera o puede tener algún cachín de polen o de propóleo y para dejar que se decante para arriba y queda la miel abajo y nosotros envasamos lo que es esa miel. Es un producto artesanal, no tiene nada más que la miel pura tal cual. lo único que le hacemos es cortarle el sello para dejar esas celdillas abiertas para que pueda salir la miel.
Y las abejas no solo producen la miel. El opérculo del que habla Raquel, se utiliza también en cosmética. La naturaleza produce no solo para consumir como alimento, sino para cosmética, por no es solo en el caso del opérculo, sino también de la flor de azahar, la flor de los naranjeros. En este artículo puedes conocer sobre los derivados, usos e historias de la flor de azahar.

Pero volvamos a la miel. Raquel hoy día tiene 200 colmenas, pero planifican seguir ampliando la cantidad para tener una producción mayor. Actualmente producen cerca de 7000 kilos de la miel más pura y artesanal. Eso sí, tal como sucede con cualquier actividad agrícola, mucho depende de las condiciones climatológicas:
La producción depende del año. Esto de la apicultura va con el clima, si el año viene adecuado, si llueve lo que tiene que llover, si no hiela… Depende de las condiciones climatológicas. Tiene que haber unas condiciones que le hagan bien. Por ejemplo si llueve mucho, el agua está muy bien porque tiene que regar el campo, pero si llueve demasiado y es constante lava las flores y estas no producen el néctar. Entonces las abejas no pueden ir a cogerlo. A la vez, si llueve poco las flores salen medio secas y tampoco tiene néctar. Entonces tiene que ser una sintonía del clima, de unas condiciones que sean adecuadas para que se produzcan. Por eso cada año la producción puede variar.
En la zona en la que se produce la miel de Raquel ocurren heladas al ser una zona de montaña. Ella nos contó que a poco de comenzar, estuvieron por bajar los brazos, porque no pudieron sacar nada de miel. Esto sucedió porque vino una helada de diez grados bajo cero y heló toda la producción. Pero siguieron adelante y hoy su miel es un producto puro y totalmente artesanal.

¿Cómo ayudar a estas viajeras incansables?
Las abejas tienen una importancia vital en el mundo: son las encargadas de la polinización. Sin ellas, las flores no podrían cuajar y transformarse en frutos. Por eso es importante preguntarnos ¿Qué podemos hacer nosotros para cuidarlas en nuestro día a día? Y para tener una buena respuesta, le preguntamos a Raquel, apicultora:
Yo siempre digo que las abejas son una superheroínas porque son las encargadas de la polinización. Entonces, toda planta, todos los ecosistemas lo que necesitan es que las abejas o algún otro insecto polinizador que también los hay, lo polinizen para reproducirse. Por ejemplo, pues mira, hablando de vosotros que lleváis temas de naranjas y todo eso, si las abejas no los polinizan, el árbol no sigue adelante. Entonces, lo bien que hacen las abejas es eso, ayudan a los ecosistemas a mantenerse porque son los que van polinizando de flor en flor.
Estas superheroínas conviven día a día con nosotros los agricultores, y son cuidadas por los apicultores como Raquel y su marido. Pero todos podemos ayudarlas para que sigan realizando su trabajo de vital importancia:
Nosotros las cuidamos porque tenemos colmenas. Pero la gente simplemente cuando ve una abeja, lo que hace es tratar de matarla. Podemos recomendar, primero que nada que no la mate, que no le va a hacer nada. Puedes tener miedo de que te pique una abeja si estás en el colmenar y estás andando con ellas, porque existe posibilidades de que ella se defienda y te pique. ¿Pero una abeja que está polinizando, que está recogiendo polen, o que está recogiendo néctar pues que vaya y que la gente la mate? Eso no está bien, porque ella está trabajando, simplemente está trabajando. Entonces a la gente decirle que no le tengan tanto miedo a las abejas y que ayuden. Por ejemplo, pueden ayudar sembrando flores que producen polen para ellas en sus jardines.

Pero no es la única manera. A veces, nos cuenta Raquel, las abejas hacen muchísimos kilómetros y tienen que parar a descansar para poder regresar a su colmena. Entonces, otra forma de ayudar es que, cuando veas una abeja algo moribunda, le pongas un poquito de agua con azúcar así ellas beben y eso le da la energía para volver la colmena. Es una buena manera de ser un superhéroe para estas súper heroínas.
De todas maneras, es una forma pequeña de contribuir, es poner un granito de arena. El verdadero problema, nos comenta la apicultora, son las grandes empresas que se dedican a la agricultura que utilizan químicos raros que las matan. O también las grandes industrias que tienen fábricas y generan mucho humo porque al final, queda todo eso depositado en las flores o en los árboles. Es una clase de contaminación que la abeja sufre. Igual trabaja, pero no le hace bien todo eso.
Así que, otra forma de cuidarlas, es tratando de hacer una vida un poco más ecológica. La miel de Raquel, de todas maneras, viene de un ambiente muy cuidado de cualquier tipo de contaminación:
Por mi parte, vivo en un pueblo que no somos ni cincuenta vecinos y, claro, estamos libres de contaminación. No tenemos campos de cultivos que echen sulfato, vivimos en la sierra, no hay fábricas, tenemos un ambiente de calidad. En la zona donde nosotros tenemos las colmenas no hay nada de contaminación. Además, tenemos un agua que nace aquí, en la Sierra del Teleno, que es un agua pura, porque las abejas para hacer miel necesitan también agua para alimentar a las crías. Entonces también si es un agua, sana al final, todo eso va a repercutir en los productos que tú saques de las colmenas. La verdad es que estamos en una zona muy privilegiada y por eso podemos sacar una producción de miel de calidad.

¿Cuál es la mejor manera de conservar la miel de abeja?
La miel es un producto muy noble, que dura mucho tiempo y no trae grandes problemas, pero de todas maneras le pedimos a Raquel que nos diera algunos consejos para una óptima conservación:
La miel yo te hablo de la de la nuestra que es artesanal, pura y no está sometida a ningún proceso de nada… Nuestra miel acaba cristalizando, es decir, se le forman unos cristales que es la forma natural que tiene de consumirse.
La miel no se estropea, porque se conserva de modo cristalizado. Entonces lo único es tenerla en un en un tarro y consumirla. Es verdad que con los años va perdiendo propiedades pero estropearse nunca se va estropear, lo que sí, es tenerla almacenada en un sitio que no le dé el sol directo.
En Campos del Abuelo no solo cuidamos a nuestras grandes polinizadoras, las abejas, sino que también ofrecemos frutas y verduras de temporada a partir de un kilo en nuestra tienda online. Recuerda visitar nuestra web para hacer tu pedido con productos sanos, de calidad y cultivados 100% en suelo español.
Hasta la próxima y ¡muchas gracias por leer!